¿Cómo podía haber tantas cosas por saber, tantos libros que estudiar y trabajos que hacer?
Le iba a estallar la cabeza.
Necesitaba despejarse, volar con su fenix. Renacer.
-Atenta a la lección, Mist - le dijo Sapienza.
Y no tuvo más remedio que seguir. El deber era el deber.
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