El color púrpura. Alice Walker

Título: El color púrpura.
Autor: Alice Walker.
Año de publicación: 1982.
Número de páginas: 156.
Sinopsis:
Esta es la historia de dos hermanas norteamericanas de raza negra. Nettie ejerce como misionera en África y Celie vive en el Sur de Estados Unidos. Casada con un hombre al que odia y abrumada por la vergüenza de haber sido violada por quien cree que es su padre. A lo largo de treinta años ambas mantienen el recuerdo y la esperanza de reencontrarse y vuelcan sus sentimientos en unas cartas conmovedoras. Pero la dramática existencia de Celie cambiará cuando entre en su vida la amante de su marido, una extraordinaria mujer llamada Shug Avery.


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El color púrpura es una novela epistolar que refleja a la perfección los temas de la obra: la desigualdad que sufren las mujeres -en este caso, no solo por ser mujer, sino también por ser negra-, la segregación racial y los conflictos con Dios. Habla de violaciones, separaciones, divorcios, palizas, desarraigo, pérdida. Es una historia cruel y violenta, pero a la vez está llena de esperanza y es maravillosa.

Además, gracias a ese carácter epistolar ahondamos en la psicología de los personajes de forma mucho más profunda. Por ejemplo, vemos a una Celie (la protagonista) con un lenguaje claro y sencillo que muestra su inocencia y a Nettie (su hermana) con un tono quizá más severo (sus frases tienen un carácter más crítico muestra de sus estudios y de lo que ha viajado). Por si esto fuera poco, es una psicología que evoluciona. En este libro no encontramos personajes estancados que mantienen su carácter de principio a fin; lo cual me ha encantado.

Alice Walker refleja de forma tan sencilla la realidad que me emociona. Su tono es crítico, pero sencillo. Instruye sobre el papel de los europeos en la colonización, el de los estadounidenses en la esclavitud, el de los misioneros en el adoctrinamiento o la ayuda (según el personaje del que hablemos)... Habla también de la segregación y del sentimiento que despierta esta en los personajes.  Habla de hombres que buscan someter y dominar (a la mujer, a los que no son de su raza, a los que sí lo son, a todo el mundo). También se la llegó a criticar por presentar más a bufones que a hombres (sobre todo con el personaje de Harpo), pero yo no he tenido esa sensación al leer el libro. Habla de Dios y de las incógnitas que este presenta (¿cuál es la religión verdadera? ¿es posible que las religiones convivan? ¿por qué es pasivo? ¿por qué se nos es representado como un hombre grande, blanco y con barba?). Habla del sentido de la vida y dos de los personajes (ya al final, y no quiero hacer spoiler así que no profundizaré) hacen una reflexión sobre ello que me maravilló. 

Pero, por encima de todo, habla de la mujer. La mujer que se deja dominar porque es lo que conoce y nadie le ha enseñado a reaccionar. La mujer que no se deja y a la que el sistema aplasta en su rebeldía, pero ella no se cansa de levantarse. La mujer que es despierta y se subleva de forma sutil y hace que las demás la sigan y despierten con ella. Así, se nos habla de intentos fallidos y de grandes logros haciendo un canto a la sororidad que no ha hecho más que emocionarme.

Así que, si queréis leer un libro ágil que cuenta una historia brutal de forma sencilla y que, me repito, es un canto a la sororidad, no tenéis más que leer El color púrpura.

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