Memorias de un sueño interrumpido 12. Y comenzó a llover

Últimamente las calles de Madrid no hacen más que estar mojadas. Llueve, siempre llueve... Pero a pesar de lo molesto que pueda resultar, me encantan los días de lluvia.
El frío que te abraza, el viento que te hace sentir que puedes volar a lomos de tu paraguas, como si de Mary Poppins te trataras y que se cuela entre las hojas susurrando en nuestros oídos una dulce melodía... Sentir cómo las gotas revotan en los cristales o se deslizan por ellos haciendo carreras entre sí para acabar desaciendose al final del ventanal... Las sonrisas de los pequeños pisando charcos, el repiqueteo de las gotas de lluvia dándose contra los paraguas... Ese olor a tierra mojada que invade el ambiente...



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