Aviones de papel, barcos de vapor 34

- Bourbon.
- Otro para mí.
- ¡Vaya, ¿pero a quién tenemos aquí?! ¡Y parece que viene con ganas de fiesta!
Todos los hombres que estaban alrededor de la barra rieron, era lo que te convenía si no querías enfurecer al jefe.
Seguro que os preguntaréis cómo un soldado acaba trabajando para una especie de "mafioso". Fácil: tipo arrogante, mujeriego y con ansias de poder se cansa de ser el bueno de la película y recluta a unos cuantos soldados para que se ponga a su servicio en lo que el llama "proyectos ajenos al servicio militar", en otras palabras "o haces lo que quiero o despídete".
- Y bien, ¿qué te trae por aquí?
Soldado apuró su copa. Pensó que el alcohol llenaría el hueco de valor que tenía.
- He venido a matarte.
El gordinflón del jefe el poder no solo se le subió a la cabeza sino también a sus kg asombrado dejó que se le escapara de entre los dedos el puro que estaba apunto de encenderse, haciendo que algunas gotas de whisky le salpicaran en la corbata. Soltó una carcajada.
- Con aires de fiesta... ¡y bromista!
Justo cuando iba a darle unas palmaditas en la espalda, Soldado sacó una pistola y lo apuntó justo entre ceja y ceja.
- Veamos si aún tienes ganas de reír después de esto.


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