Aviones de papel, barcos de vapor 8. No esperes tanto

Llegó poco antes de la hora acordada al pequeño restaurante. A esa hora no solía haber mucha gente por lo que podrían conversar sin ser molestados. Consiguió una mesa algo apartada de las otras y se sentó a esperar.

Pintor llegó un par de minutos tarde al resturante, normalmente no tenía por costumbre retrasarse pero ese día los nervios le jugaron una mala pasada. Buscó con la mirada a escritora y una vez la encontró salío a su encuentro a pasos agigantados y con una gran sonrisa.
- Siento el retraso -  dijo al tiempo que inclinaba la cabeza y tomaba asiento a modo de saludo.
- No tiene importancia yo acabo de llegar.
Ambos se sonrieron, pidieron al camarero el desayuno y conversaron animadamente sobre todo tipo de cosas.

Poco después Escritora salió del restaurante y echó a andar seguida de Pintor. Ella caminaba cabizbaja sin atreverse a mirar atrás y él no hacía más que observarla, le fascinaba tanto que a penas se dio cuenta de a donde le guiabana los pasos de la joven: al parque de su primer encuentro.
Ambos se sentaron todavía callados y así permanecieron largo tiempo hasta que Pintor decidió romper el silencio.
- ¿Qué me dirías si te dijera que voy a besarte en cuanto pasen 15 segundos?
Que no esperaras tanto.


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