Aviones de papel, barcos de vapor 16

Ató los último cabos al muelle y puso los pies en tierra firme. Después ayudó a la chica a bajar. Llevaba un buen rato callada, Marinero desconocía el motivo; lo único que sabía era que se le habían quitado las ganas de preguntar. No volvería a hacerlo después de su última respuesta.
"El final feliz que jamás podré tener"
- ¡Eh! ¿Estás bien?
- Eh... Sí - sin darse cuenta se había metido demasiado en sus pensamiento, tanto que había olvidado dónde estaba y con quién - ¿nos vamos?
Antes de poder avanzar más de dos pasos la chica lo cogió del brazo, obligándole a parar.
- ¿Seguro que estas bien? Te noto un poco... - pensó qué palabra utilizar, mientras enredaba sus brazos alrededor del cuello del joven - Extraño, tenso.
- No es nada - dijo al tiempo que se zafaba de su abrazo.
- Es por lo que he dicho ¿no? - observó cómo la expresión del chico cambiaba y sonrió al ver que había acertado - Son tonterías, ven.
Esta vez no pudo resistirse al beso y por un momento olvidó las palabras, los finales... La quería. ¿Y si no llegaba a ser un final feliz porque no había final? Tal vez fuera eso, sí.
- ¿Nunca te han dicho que hay que disfrutar mientras se pueda?
Las palabras cayeron como un jarro de agua fría. ¿Mientras se pueda? ¿Por qué tenía que estropearlo todo? ¿Jugar así con él?
Otro beso, otra vez el olvido. Era tan fácil entregarse a esa vaga ilusión con su boca pegada a la suya...

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