Aviones de papel, barcos de vapor 17. El mejor regalo del mundo

"La viaja canción de Cumpleaños Feliz dejó de oírse en la casa para dar paso al soplido de las velas. Un niño de apenas 7 años sopla con fuerza al tiempo que cierra los ojos muy muy fuerte.
- ¿Te has acordado de pedir un deseo, no?
- Por supuesto que sí, abuelo.
El hombre asintió mientras sonreía y le revolvía el cabello al pequeño que, como siempre, acababa quejándose por esa acción. Después apareció su esposa y su hija, la madre del niño, traendo con ellas un paquete.
- ¡¿Es ese mi regalo?! - dijo el pequeño asombrado y deseoso por saber qué se escondía envuelto en ese papel de regalo.
- ¿De quién va a ser si no?
El niño corrió al encuentro de su abuela, que era la que traía tal tesoro, y se lo arrebató de las manos.
- Da las gracias por lo menos - respondió su padre, tan exigente y serio como de costumbre.
- Muchas gracias a todos - contestó el niño escondiendo por un momento el regalo detrás de él y poniendo cara de niño bueno.
Cuando todos le dijeron que así estaba mucho mejor volvió a su tarea. Tras varios minutos ocupado en abrir el paquete por fin descubrió su contenido.
- ¿Te gusta?
- Sí, es el mejor regalo del mundo."



Escritora acabó su lectura y miró con ojos expectantes a Pintor.

- No pones cuál es regalo.
- Muchas pinturas y un pincel.
La expresión del hombre al oír esas palabras no era la que ella tenía en mente. Con el semblante serio y la mirada fija en sus ojos se levantó de la silla en la que estaba sentado y ante la atenta mirada de todos los presentes la cogió del brazo y la sacó del bar.
- ¿A dónde vamos?
- A mi estudio, tengo que pintarte un nuevo retrato.


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